Angel Empires, La Melodía Que Nunca Se Volverá A Escuchar.

Me alzo a rezar, no se a que por que ya no tengo Dios, sin embargo lo hago como un triste cordero sigue el ocaso para encontrar a su pastor. ¿Cómo llegue a esta patética existencia?... es simple… quería libertad, lo más anhelado aún por los ángeles, aunque lo oculten ya sea por el lavado de cerebro o temor a ser ridiculizado. Les contaré un poco de mí, antes de llegar a este clímax, así que presten atención por que lo más pequeño es lo que más afecta.
Maldito mundo perfecto, la prisión más grande del mundo en la cual nadie se escapa, además por sus defensas, por ser el maldito “paraíso”, uno nunca sabe que hay más allá del más allá… puesto que ve solo luz… no podemos ver las estrellas, esas dulces luces de esperanza adoradas por simbolizar la esperanza frente a la oscuridad. Cuando uno está lleno de luz, busca desesperadamente la oscuridad… uno se harta siempre de lo mismo, así como en la oscuridad se busca como un loco la luz.
Jamás podré volver a sentir algún placer, por que ya he olvidado el dolor. El amor nunca llegará, puesto que el odio se desintegró… los muertos volvieron a la vida, los justos recibieron y los infieles pagaron junto con el “ángel caído”. Sin embargo, ese ángel caído al mismo traía otra opción ¿Por qué tengo que hacer siempre lo que me dicen? ¿No es que se busco una libertad y poder hacer lo que se quiere considerando a otros?... NO, Dios… mi Dios, quería que fuéramos felices… para mí esto no es felicidad, es gris la luz.
El paraíso ha perdido su color, todo es uno, nada es diferente… creo que solo yo *cae una lágrima del ángel* entiendo que pasa *se agarra las rodillas al estar sentado en una nube* y los demás están ciegos… aunque puedo yo estar ciego al no ver lo que otros piensan así como todo. Al fin y al cabo no sé que es ver si lo único que hay es lo perfecto... nada más, mi patética existencia se basa en vivir, simple y llanamente, no busco ni quiero nada más… ¿Por qué? Quiero explicarme eso… pero no entiendo… los ríos cristalinos, la gente amable, los caminos dorados y la inmortalidad… tengo todo, pero a la vez siento que eso no es nada.
Mi cabello negro “perfecto” largo se arremolina con el viento, el cielo azul (que en realidad está bajo mío) recibe el dulce calor de las gotas en mis ojos, las lágrimas rosan mis labios antes de caer desprevenidamente… no hay nada más, este cuerpo perfecto lleno de músculos me molesta, mis alas blancas blanden al son de mi melancolía.
Mis ojos azules, los odio, es lo único que puedo odiar por este control ejercido sobre mí, extraño mis ojos cafés, de lo poco que recuerdo de mi vida… pienso que mi vida era infeliz y para quedar en este “paraíso” debía de olvidar todo… pero… ¿Qué hay del yo? ¿Quién soy? ¿Qué hice? ¿Ayude a alguien? Quiero respuestas de algo que podría destruir por completo esta perfección…
Me levanto donde estoy, la toga que llevo rodeada por un anillo de oro también se blande, junto con mi cabello, al viento… el viento me agrada va libremente por ahí sin que nadie lo detenga… eso quizo ÉL, decidió concederle esa libertad privada a los ángeles, pero se nota que es feliz a pesar de ser una onda.
Según nuestro creador: la justicia llegó ante la anterior era, puesto que Belcebú (Lucifer u otro nombre raro que se impuso a lo largo del tiempo) cayó, tras una épica batalla del bien y el mal… aunque no nos dijo quiénes éramos, que hacíamos aquí, que merecimos para estar aquí… El apocalipsis nos llego a unos, otros fueron llevados antes de y muchos más vivieron en épocas pasadas, que, como en cada una fue imperfecta y debió ser desechada junto con una parte de la humanidad.
Empiezo a caminar en esta prisión sin sentido… si alguna vez intentas escapar como un amigo mío… hay grandes barreras que difícilmente puedes atravesar junto con unos de los más fuertes ángeles que habrán en toda la eternidad. Drake… el ya no es el mismo desde eso. Maldito Gabriel, lo capturó y ahora es como un borrego servicial sin voluntad para mantener este gran alcatraz.
¿Alcatraz? ¿De dónde es eso?... no sé por qué pero me suena a una prisión reconocida y que nadie podía escapar… aunque alguien lo hizo… no recuerdo AGH MI CABEZA, me empieza a doler mucho, me agarro las manos mientras mi aureola se agita junto con mis alas.
“No pienses en ello” me dice una voz, sin querer hacerlo digo un sí al aire aunque no haya nadie, volteo a los lados y doy un respiro.
-Sigh, no hay caso-digo preparándome para volar.
Agito mis alas con fuerzas, empezando a elevarme en el cielo, me impulso con mis pies haciendo que se separe un pequeño pedazo de nube… aunque no importa… ya se unirá a otros. La soledad no es opción tampoco en este mundo perfecto, debo sentir que hay alguien junto a mí, o de lo contrario enviaran a alguien. ¿Qué no pueden dejar vivir a uno?
El ocaso vislumbra hacia mis ojos, un bonito espectáculo naranja que a mí me parece monótono y aburrido, gris y seco así como todo… me siento “emo” aún sin saber que significa ese término, un fragmento de mi mente queriendo salir pero sin algún éxito.
Me ciega un poco esa luz, otra desventaja más, decido ir a una nube grande, camino sobre ella. Maravillosa habilidad de ser tan ligero como para poder pisar una nube como si fuera algo tangible, pero poder ser tan denso como no llevarse por el viento. Rodeo un poco la parte de en medio que sobresale de la nube y no me deja ver mucho, mientras poso la mirada hacia el cielo azul que se encuentra bajo mis pies. Arriba hay una gran luz cegadora que recuerda al sol, otro fragmento de recuerdo, sin embargo sé que no lo es a primera vista.
Subo la cabeza, aparto de mi vista algunos cabellos y veo a un amigo… con su toga café con un anillo de cuarzo alrededor de ella, cabello castaño claro, ojos amarillos y un cabello ondulado que singularmente se alza hacia la parte superior trasera de su cabeza… sus alas azules se baten misteriosamente.
-Max… ¿Qué haces aquí?-digo curioso por ver a mi amigo pensando al igual que yo.
-Agh, nada-dice tocándose la cabeza súbitamente como si hubiera matado (¿Matado? ¿Qué es?) A un insecto (¿Por qué hago estas analogías que no comprendo? Este subconsciente mío)-solo una rareza mía…-
-Te duele la cabeza ¿Cierto?-digo agachándome un poco, puesto que me posé en un montículo de nube superior al de donde estaba Max-A mi me pasó hace un rato uno… ¿Crees que somos bichos raros?-
-¿Qué es un bicho?-dice incrédulo el chico de ojos amarillos.
-Ni idea, jajaja, simplemente se me pasó por la cabeza esta frase rara de mi anterior vida-
-Que suerte tienes de recordar algo…-dice tristemente el chico-yo simplemente ciento que deje a alguien atrás, aunque no sé quien es-
-Los dolores de cabeza deben pasar por eso…-digo y después me llega un shock en la cabeza que me hace decir algo involuntario-Deja de pensar en eso y sirve a tu pastor- “¿Qué demonios?”.
-Cierto amigo, buen consejo-dice él también con un dejo involuntario en la voz.
Max dice algo irreconocible para mí, aunque creo ahora que dijo: “Actuamos como marionetas Chris”… algo me quema en mi interior debido a que ya ni tengo libre expresión, esto impide mi libertad y frustra por completo mi paz artificial creada por esta perfección estúpida.
-Vámonos-dice Max emprendiendo a volar con sus alas azules mientras yo estaba distraído.
El aleteo constante me cansa, pero llega un rayo que me cura repentinamente y me siento con vitalidad nuevamente. No hay nada interesante que contar, vivir o pensar, me aburro mucho, quiero llegar a más, pero es ambición y envidia… pecados grandes que debo apartar de mi cabeza.
Un día pasa más… sin algo que vuelva a pensar ya que intento quitar de mi cabeza todo pecado, evitar que surja algún mal. Aún con ello… me gusta por qué me siento diferente… es… ¿Diversión?... no tengo idea pero es diferente y nuevo a comparación de todo.
Duermo en la luz, me molesta tener 8 horas exactas, pero es pecado de la pereza hacer lo contrario, así que me preparo para un día más y hacer mis oraciones y seguir por el cielo “libremente”.
Camino entre la gente por una plaza en una superficie terrosa flotante, llena de ríos cristalinos como los diamantes y caminos dorados… pura falsedad el oro no importa ya que uno puede comer (solo una cosa) lo que uno quiera, andar con el que quiera (con un compromiso) y hacer lo que quiera (limitándose por reglas insulsas en algunos casos) así que esto solo es “popo brillante”.
Se dan cosas inútiles para fomentar la “diversión” aunque en realidad es la misma basura que rezamos todos los días pero con una perspectiva diferente.
Algo me cae en la cabeza, ¿Una piedra?... duele mucho, algo caliente sale de mí, se estremece en mi ser y me hace ver cosas… los ángeles se aterrorizan, no entiendo el por qué si es algo diferente… una sonrisa se forma en mi rostro, algo nuevo para mí es descubrir algo nunca antes visto: Dolor, siento que me desmayo, pero llega el maldito rayo y regreso a la normalidad, pero unos guardias me llevan a mi casa para descansar un día completo…
En mi aburrimiento matutino sigo con el monólogo interno, pero esta vez llego a más, logro pensar libremente, no hay nada que me impida seguir, en ese momento quería llorar, me daba mucha felicidad no ser gris… si no llegar a un color nuevo, un color que desafíe a los demás…
Me sentía rebelde, quería desafiar a Dios, a pesar de ser mi destrucción completa. En eso me acorde de lo primero de la biblia, el fruto prohibido, esta vez no era un humano, ni había serpiente que me diera la tentación, esto es libertad, para demostrar que la tengo, pero tengo que hacerlo en la noche… ¡Max! A él debo convencerlo, se parece mucho a mí.
-Debes hacerlo-digo al día siguiente con mi amigo entre varios montículos de nubes-¿No quieres saber? ¿No quieres algo más?-
-Si quiero, pero… es contra-sus ojos pierden el brillo y se le crispan las alas azules-No debemos hacerlo, si lo intentas te detendré-
-Ahora me doy cuenta-digo retrocediendo un paso-que nos tienen controlados, ¡Lucha!-
Pero Max me ataca con un puño, me hago a un lado, sus pupilas desaparecieron, solo hay blancura y siento una sed de sangre que brota en él… intento defenderme pero tiene buenas técnicas y me da una gran patada en mi quijada, lamentablemente el maldito rayo de cura no está de mi lado esta vez. Me lo debí imaginar, no se dejaría derrotar muy fácilmente nuestro “amo”… siempre debe ser a la difícil.
-Max, ¡Despierta! Es lo que quieren que hagas, hay más que eso-digo intentando defenderme sin lastimarlo… pero sé que hacer aún así.
-Félix, nuestro señor te ha dado todo y TÚ lo rechazas, que ingratitud-dice con otra voz que no es suya el chico de toga café.
Eso fue un duro golpe para mí, sin embargo seguía en mi postura, mil años así no es vivir, todos estos pensamientos se forjan en mí y se materializan en un arco con flecha.
-¿Qué?-digo sorprendido ante lo que hago de hacer.
Un arco perfecto de luz roja, bien curveado y con un hilo rojo sangre está en mis manos, la flecha es azul con unas aureolas atravesadas también de color azul, una puntiaguda flecha que sola sale hacia Max, dando giros sobre sí misma y cortando el aire sutilmente, se acerca rigurosamente reflejando esa luz gris para mí, le da en la cabeza a Max, expandiendo esa luz hacia los lados, además cambiar de color su aureola de mi amigo.
-¿Qué pasó Félix?-dice sobándose donde le dio el impacto.
-No sé… pero sé que tendremos un interesante futuro-digo volteándome hacia donde está el árbol del fruto prohibido.
El color se empieza a formar, la diversidad y el cambio continuo lo noto, el palpitar de mi corazón me dice que siga adelante y lo haré… el futuro será mío y el aburrimiento se irá… eso lo sé
Continuara…