La Sombra de la Muerte.

Bueno, voy a aclarar una cosita: esto no es un Fic, es un One Shot, osea, que consta de un solo y único capítulo XD.
El Título iba a ser Bla, Ble, Bli, La Historia de Alany, pero por algunos problemas técnicos y que seguro no me dejarían ¬¬ lo tuve que cambiar a La Sombra de la Muerte.
Ahora si, los dejo que lean la historia XD:
Hace tiempo decidimos mudarnos con la familia de mi esposo, esperando que el bebé que íbamos a tener viviera feliz. Me conseguí un empleo de policía por la noche. Franco, mi cónyuge, se metió en el mundo de los negocios.
Mi suegra, una mujer ya anciana de pelo corto, anteojos y que siempre vestía de verde, parecía muy amable y siempre sonreía. También conocí a Katherine, una mujer de pelo negro y de ojos verdes, que siempre vestía de negro y un collar con una gema verde. y a Rebecca, una chica rubia, de ojos azules que siempre llevaba una colita color lima. Ambas eran hermanas de Franco. Al parecer a la mujer de muchos años le gustaba acostarse temprano, porque eso hizo esa noche. Luego de charlar un rato los cuatro nos fuimos a acostar. Mientras dormía, soñaba con fuego. Una sensación desagradable rondaba por mi mente, algo malo iba a pasar, lo presentía. Pero por más que lo discutiésemos toda la noche, mi marido no me creería. Esas pesadillas no me agradaban para nada. Durante la noche, empezamos a sentir olor a quemado y no recuerdo nada más, pero cuando desperté, ya a la mañana, me dolía la cabeza.
Nos juntamos en el comedor a comer. Rebecca me comentó que anoche había un olor a quemado muy fuerte y que provenía de la habitación de Katherine, que estaba al lado de la de ella. Cuando terminé de comer decidí investigar. La puerta de la habitación estaba cerrada, pero la forcé y la logré abrir. Adentro encontré el cuerpo de Katherine rostizado. Rebecca, que era forense, le hizo una autopsia para investigar este extraño suceso. Ella me contó que había oído una especie de discusión entre Alice y Katherine y que ella había dicho algo como Famo o algo así y Katherine le decía algo como me vengaré, después que se había desmayado por el olor a quemado. Ella me decía que Alice podría tener poderes sobrenaturales. También me comentó que algunas librerías pueden ser pasadizos, pero que se había olvidado cuáles. Me pareció muy fantasioso, pero lo tomé en cuenta.
Ya era hora de ir a trabajar (a pesar de que estaba embarazada iba igual), y volví a medianoche. Cuando llegué, observé a Alice saliendo felizmente, a pesar de la muerte de su hija. Cuando me vio, corrió y me avisó que Rebecca se había caído al lago del jardín y se había ahogado y que su futuro nuero, Gaspar, apareció muerto cerca del lago. No lo podía creer. Le pedí a Alice que enrejaran ese lago para que no volviera a suceder. Me parecía extraño que Alice se sintiera feliz a pesar del fallecimiento de tres personas en esa casa. Pero ella era una mujer que siempre sonreía y con buena cara en tiempos difíciles. Alice se fue al patio trasero y yo decidí irme a dormir.
Cuando entré al pasillo, presté detenida atención que las puertas que daban al vestíbulo estaban bloqueadas completamente. Decidí ir a por Alice, o en caso de no encontrarla entrar por la puerta trasera.
La única forma de llegar era por el laberinto o atravesando la casa. Había muchos gnomos de jardín, estatuas muy misteriosas y una fuente muy bonita. Logré atravesar el laberinto, sin embargo no encontré a Alice. Por suerte las puertas que daban con el vestíbulo estaban abiertas, así que entré.
Nunca había visto el lugar tan tétrico, esa oscuridad tan horripilante...
Resolví ir a los baños, pues las puertas del primer piso estaban cerradas y las escaleras bloqueadas por unos... ¡¿duendes de jardín?!. Cuando entré al baño de damas, ¡Madre mía!, el lugar era completamente negro y sucio, como si no lo hubieran limpiado hace siglos. Encontré la llave del comedor por ahí, dentro de uno de los inodoros.
El baño de caballeros estaba completamente bloqueada, el único lugar al que podía ir era al comedor, por lo que fui corriendo.
El comedor tenía algo diferente. Los muebles estaban en su lugar... Había un olor como a quemado, y uno de los cuadros había sido cambiado por una mujer que me daba escalofríos, pues se parecía a mí cuando era soltera. La puerta que daba con la cocina estaba cerrada, por ende pasé al almacén. El almacén estaba igual que siempre, pero la puerta que daba a la cocina estaba cerrada. Cuando estaba subiendo a mi habitación, me empecé a sentir mareada y las escaleras se rompieron. De la cocina provenía olor a gas. Intenté escapar, pero me desmayé.
Desperté en mi habitación sin mis herramientas de trabajo ni mi uniforme y con la ropa que había usado la noche anterior, pero de mi marido, ¡ni rastro! Y aún más raro, ¡ya era de día! Recordé lo que me había dicho Rebecca y fui a ver mi estantería. Efectivamente, pude traspasar el librero y llegar a una habitación que nunca había visto, parecida a una habitación como la que me habló Rebecca: la habitación de Alice. Cuando me di cuenta, noté cómo un cuerpo se desvanecía frente a mis ojos. La habitación era muy... ¿extraña?. Las paredes eran rojas con motivos de rosas y el techo color ¿celeste cielo?. Parecía muy real. Tenía un ¡¿caldero?!, un guardarropa, el estante y unas cuantas plantas, pero había un libro sobre una mesa que me llamó la atención. Parecía un libro de brujería. Volví a mi habitación, bajé las escaleras, fui al comedor. La puertas que daban al vestíbulo estaban cerradas. Sin más que hacer, me puse a examinar la habitación. Noté que el cuadro había cambiado de una mujer de pelo colorado a una mujer con pelo negro, muy bella. También que la pecera estaba completamente sucia. La limpié y de repente oí como si una puerta se hubiera abierto.
Exactamente, las puertas que iba del almacén a la cocina se había abierto. Algo muy extraño había en el horno, ¡se estaba incendiando! Me extrañó que no se consumía. La habitación estaba muy sucia. Finalmente salí al vestíbulo. Las puertas que daban a los pasillos estaban bloqueadas, pero por suerte, los duendes habían desaparecido. Decidí probar suerte con el sótano.
El sótano estaba muy oscuro, y las puertas de las rejas estaban cerradas. Esas estatuas no daban ninguna sensación agradable. Sus miradas amenazantes reflejaban venganza. En una de las estatuas encontré mi revólver de policía y en la otra un bate. Cogí mi colt, volví arriba y corrí hasta el living.
La sala parecía normal, excepto por una urna al lado de la puerta que conducía a la sala de juegos. La biblioteca estaba bloqueada. Me percaté de que las baldosas que estaban ocupadas por un objeto estaban marcadas con una flor roja, excepto la urna.
La sala de juegos estaba igual que siempre. Me di cuenta que los objetos también tenían marcado las baldosas que ocupaban con una especie de flor, pero verde. Mas había dos baldosas que estaban marcadas pero sin ningún objeto sobre éstas. También un caballete, y como la baldosa que cubría no estaba marcada decidí moverlo a la baldosa marcada más cercana. Era como si estuviera pegado al piso. Así que me puse a buscar el objeto mal colocado . Curiosamente, ese objeto era la urna. La tomé y la puse al lado de la puerta que daba al vestíbulo (donde estaba marcado). Se escuchó cómo una puerta se había desbloqueado. Para colmo las luces titilaron hasta apagarse. Aún así en plena oscuridad (miré al exterior por la ventana y vi que ya había oscurecido) seguí mi investigación.
En el piso de la biblioteca encontré un libro de colección, que no tenía fecha de impresión ni tampoco quién era el autor. Pero sí tenía un lugar en los estantes por lo que lo acomodé. Como era de esperar, la única estantería marcada como estaban marcadas las puertas (con suelo gris) era un pasadizo.
Esta parte de la casa nunca la había visto, llena de tristeza y soledad. Había una puerta, que daba a otro pasillo exactamente igual, sólo que, en vez de pasadizo, tenía dos puertas que imaginé que llevaban a la sala de juegos. También tenía unas escaleras, pero lamentablemente estaban oxidadas y no se podía subir. Regresé al otro pasillo y subí por las escaleras sanas.
Arriba había muchos ruidos, pero ninguno pude reconocer. La puerta del final del pasillo daba con otro pasillo. Las escaleras oxidadas de seguro daban con ese pasillo. Las dos puertas de los dos pasillos estaban cerradas bajo llave. Sólo podía hacer una cosa: buscar la manera de atravesar el librero que, de seguro, era otro pasadizo (ya no me extrañaría).
Pasé a una habitación que de seguro era la de Katherine, porque la autopsia señalaba que había muerto quemada, ¡y esa habitación sí que estaba quemada! Me encontré con Alice y no dudé en sacar mi pistola para detenerla. Pero ella decía que era una rehén, que su hijo había enloquecido y que la había encerrado allí, sin agua ni comida. La única opción que tenía era creerle. Salimos al pasillo y ella me contó una historia:
"Hace 20 años, conocí a un hombre muy especial, llamado César, César Yek, del cuál me enamoré. Nos casamos y nos mudamos a esta casa. Esa habitación en la que estaba encerrada era una habitación en la que tenía prohibida la entrada y sólo él podía entrar. unos meses más tarde decidimos tener un hijo. César deseaba tener un varón. Pero primero nació Rebecca, cosa que no lo puso muy contento. Después de dos años tuvimos otro hijo, a Franco, pero sentí que su alegría era fingida. Después de otros 2 años, nació Katherine. Algo no andaba bien hasta entonces. César amaba a Katherine desde que la vi, podría decir que más que a nuestros otros hijos. Un día decidí espiar por la puerta entreabierta de la 'habitación prohibida' y vi a mi marido que le estaba enseñando algo extraño, como si fuera vudú, a nuestra hija Katherine. Ella parecía muy concentrada. Inmediatamente entré y le dije '¿qué le estás haciendo a nuestra hija? agarrándola rápidamente. Él me contestó algo muy raro: 'Tonta mortal, no sabes lo que estás haciendo, devuélvemela en este instante.' No podía entregarle a ese monstruo a mi hija, por lo que me resistí. Accidentalmente, empujé una estantería y cayó sobre él una sustancia extraña. Él empezó a gritar '¡NO! Haré que caiga una maldición en toda nuestra familia, para que sufras lo que voy a sufrir yo.' Un humo verde empezó a envolvernos a todos y me desmayé. Desperté al día siguiente en una habitación decorada con color rojo y el techo celeste. Desde entonces, esa habitación es el único lugar que me hace sentir a salvo. Desgraciadamente, Katherine se comportaba raro, incendiaba cosas. El día que murió no fue un accidente, ella me encerró y nos quiso matar, por suerte logré escapar". Después de contar la historia, Alice salió corriendo y en unos minutos trajo una llave. Me dijo que Franco estaba en la habitación que era de Rebecca, que entrara y pare esta locura usando una rosa que me dio y diciendo "Inflamo". Entré decidida y apenas entré Franco corrió hacia mí, no dudé en sacar el arma. Empecé a discutirle, sin siquiera imaginar el azorador crimen que se estaba cometiendo...
En un momento de la discusión saqué la rosa y grité "¡INFLAMO!". Una bola de humo apareció enfrente de la puerta bloqueándola mientras que del otro lado estaba Alice con una risa macabra, salió de la habitación y se escuchó como si hubieran cerrado la puerta con llave. Le pedí disculpas a Franco, le expliqué que ella me había engañado y me hizo creer que él y su padre eran malos. Sólo nos quedaba sentarnos a ver cómo el fuego, lentamente, consumía poco a poco toda la habitación hasta que llegara a nuestra hora...
Detrás de la puerta se oían lamentos. No podían ser de Alice porque se escuchaba como si fueran dos mujeres llorando mientras Alice gritaba ¡NO! ¡SUÉLTENME! ¡POR FAVOR! ¡PIEDAD!, un griterío de lo más aterrador.
El fuego nos había acorralado y cuando ya no había esperanzas de las paredes brotaron los espíritus de los tres difuntos y junto a ellos desaparecieron las llamas. Al parecer Rebecca había muerto ahogada (razón por la que pedí que enrejaran la laguna). Katherine murió por un incendio que seguramente provocó Alice (seguramente quizo usar el mismo método con nosotros). Gaspar habría muerto por un susto, quizás por culpa de Alice o por alguno de los fantasmas.
De repente, de entre las cenizas brotó una sombra; comenzó a acercarse. Franco me decía "¡¿Qué pasa Anette?!" pero yo estaba completamente paralizada. La sombra se acercaba lentamente y todo se volvió oscuro y borroso...
¿EL FIN?

La Parca: "Y tú, mortal, que tanto imploras por la vida de Anette, veamos hasta qué punto llega tu amor, si adivinas en qué mano tengo el alma de Anette la dejaré vivir, pero si no, haré mi trabajo y no interferirás. ¿Qué mano eliges? ¿La izquierda... o la derecha...?"
Espero que les haya gustado :D.

Muy largo pero buena historia :D felicidades Mogy :D

espero el proximo capitulo 8)

Muy largo pero buena historia :D felicidades Mogy :D

espero el proximo capitulo

ajajajaj que mentiroso sos como se nota que ni lo leiste no ves que es un one shot o sea tiene 1 SOLO CAPITULO... dios que spam que hisiste sin sentido y encima un soporte tecnico papelon.

interesanete hisotria alany , ipara pasar un buen rato leyendo

Que historias de ultratumba tan macabrasD: pense que las mujeres contaban historias de unicornios y princecitas D:

Luhian -.- si se ve eso d la sopa
pero no debes anunciarlo
... alany yo elijo la izqierda